2015 ya está en marcha, todos tus propósitos de fin de año están vigentes, queremos que los cumplas y desde luego que también cumplas con la premisa de que este año seas mejor presentador. Para ello en este post Nick Morgan te ayuda con una serie de consejos para potenciar tus habilidades y competencias.
“La ambición es el camino al éxito, la tenacidad, el vehículo en que se llega”, Bill Eardley
Este post fue publicado originalmente en el blog de Public Words por Nick Morgan
¿Es este el año en el que explotarás como orador, llegarás al nivel de tu ambición? ¿Cómo de alto quieres volar? ¿Quieres brillar con un nivel de presentaciones que te permita dar discursos por todo el mundo? ¿Quieres tener constantes invitaciones para dar rienda suelta a tu libertad de expresión y poder hablar sobre las mejores ratoneras del país o la tecnología mas avanzada del planeta, construyendo grandes conexiones y potenciales clientes en todas partes? ¿O simplemente quieres mantener la atención de la sala cuando das la charla de la mañana de los viernes a tu equipo?
Sea cual sea el nivel de tu ambición, tu lista de tareas pendientes debe incluir tres elementos fundamentales. Nunca se termina con ellos y siempre debes tratar de mejorarlos.
I. La Historia
En primer lugar, ¿se trata de una historia que estás contando, o estás tratando simplemente de exponer información? Nosotros los humanos tenemos una baja tolerancia a la información simple y sencillamente difundida, una tolerancia que se excede cada minuto de cada día en algún lugar del mundo por un colega serio con una baraja de PowerPoint. Por otro lado, nos encantan las historias. Así que desecha ese montón de información y busca la historia en tu contenido. ¿Dónde está el drama, la lucha, los personajes más interesantes? Y ¿cómo se puede conseguir contar esa historia dramática de una forma mejor, más simple y más clara? Cuanto más conozcas del tema, más claramente deberías ser capaz de transmitírselo a todos los demás.
Debes conocer tu argumento de venta, la versión de un minuto, y la versión de cinco minutos. Y entonces debes estar dispuesto a contar toda la historia cuando seas invitado.
2015 es el año para transmitir tu historia de forma tan buena que el público se quede enganchado con cada palabra. ¿Cómo estás de cerca?
II. La Forma de Hablar
Hablar en público exige dos tipos de habilidades de sus profesionales: experiencia – para tener algo que contar – y carisma – para ser capaz de contarlo bien. Es esa segunda parte en la que se encuentra el misterio, porque depende de una especie de alquimia que ocurre cuando orador y audiencia conectan. No solo depende del orador, y ciertamente no solo depende de la audiencia. Ambas partes contribuyen al éxito de la ocasión. Por el lado del orador todo gira acerca del auto-conocimiento. ¿Qué desencadena la ansiedad? ¿Qué pasa cuando la adrenalina comienza a fluir? ¿Desarrollas movimientos de pies como si tuvieras ganas de bailar o haces nerviosos gestos con las manos? ¿Tu cara pierde toda expresión? ¿Tu mente se queda en blanco, o comienzas a tartamudear?
La mayor parte de los recuerdos de los oradores sobre su propio discurso resultan ser, por desgracia, muy selectivos y de color de rosa. Muchas veces, he visto a oradores que salen del escenario pensando que hicieron un discurso fantástico, solo para descubrir, cuando ven el vídeo grabado de su conferencia, que han cometido más errores que burócratas tiene el Vaticano. Así que necesitas grabarte en vídeo tú mismo, esperar 48 horas a que la adrenalina disminuya, y luego verte con ojo desapasionado, para ver lo que estás haciendo bien, y lo que no está tan bien. ¡Y, por supuesto, si lo consideras necesario, un entrenador en el arte de la oratoria no cuesta tanto! Aunque eso lo digo yo.
Por cierto, el desarrollo de carisma es una oportunidad de crecimiento en la vida. No es magia. Solo es trabajo duro.
III. La Comunidad
Finalmente, nadie es un orador sin una audiencia. Y no se puede llegar a conectar con un público a menos que tengas una comunidad de personas interesadas en lo que te apasiona. Eso significa que es tu trabajo atender el cuidado y alimento de tu comunidad. ¿Cómo puedes ayudarles? ¿Cómo puedes educarles? ¿Qué puedes desarrollar con un valor maravilloso en sus vidas y en sus personas para quieran introducirte en su grupo, y puedas dirigirte a ellos directamente?
El mundo online es a la vez una bendición y una maldición para los oradores. Una bendición porque significa que nadie puede ahora interponerse entre tú y el éxito, si pones toda tu pasión ahí fuera y eres lo suficientemente convincente. Una maldición porque tienes que hacerlo. Los viejos guardianes de la oratoria mundial, ya no pueden simplemente agitar una varita y conseguirte un éxito nocturno. Tienes que construir la comunidad que te apoya, a partir de ahora y hasta el fin de los tiempos o tu jubilación, lo que ocurra primero. ¿Qué se puede hacer para atraer, desarrollar y sostener esa comunidad? Ese es tu trabajo.
Eso es todo – esta es tu lista de tareas pendientes para el año 2015. Desarrolla una increíble historia tejida en un discurso asesino. Aprende a hablar en público con todo el carisma que puedas reunir. Y haz todo por tu comunidad, todo el tiempo. Con esas tres tareas emprendidas, el mundo (de la oratoria) será tuyo.