Este post fue publicado originalmente en el blog de Public Words por Nick Morgan
Estábamos cenando con unos amigos recientemente, y uno de ellos aprovecho la oportunidad para conseguir un poco de asesoramiento gratuito. Tenía un discurso próximamente, y ella nos comento: «Recuerdo algo acerca de la importancia de hacer pausas. No puedo recordar los detalles, así que, ¿cuáles son tres maneras más importantes de utilizar las pausas? «
Tú no les puedes decir a tus amigos, que investiguen en antiguas publicaciones de tu blog y encuentren el post dedicado a las pausas, así que me sentí feliz de poder decirle la respuesta a los postres.
Y se me ocurrió que era probable que fuera hora de actualizar mi pensamiento acerca de las pausas de todos modos. Acababa de revisar una cinta del discurso de un cliente, y lo que me llamó la atención sobre la cinta era que parecía impostado, sobreactuado, no coloquial. No se le puede decir a alguien atrapado por la adrenalina que «sea coloquial», porque pueden creer que ya lo son. Es sólo que el momento de subida de adrenalina es más rápido de lo normal, por lo que a pesar de que el hablante no parece estar a la espera de la otra mitad de la conversación, en realidad sí lo está, aunque no por el tiempo suficiente.
Lo que me lleva a la primera forma más importante de utilizar las pausas:construirlas en tu discurso en el orden justo para parecer realmente interesado en la audiencia.
Un ejemplo sencillo para aclarar este punto. Muchos oradores hacen preguntas a la audiencia de forma retórica, o incluso preguntan cómo lo están haciendo, al comienzo de su discurso. Pero después de hacer la pregunta, pasan al siguiente punto tan rápidamente que la cuestión parece baladí, sin importancia. Es como el médico en la consulta que le pregunta al paciente cómo está, y no esperando oír la respuesta pasa a la siguiente pregunta. La pregunta ya no parece sincera.
Una conversación es siempre bidireccional. Así que, si quieres que tu conexión con el público parezca genuina, sentirla como una conversación real, tienes que construir las pausas para que el público se sienta como si estuvieras esperando a que ellos te respondieran – y de preocuparte por la respuesta.
La segunda forma más importante de utilizar pausas viene desde el principio del discurso. Si insistes en decir algunas frases de inicio como «aclararse la garganta» o «gracias por la gran introducción». . . «estoy muy contento de estar aquí»…»me encanta todo lo que la International Belt-Tightening Association lleva a cabo»…, a continuación, haz una pausa durante tres segundos completos antes de comenzar la esencia de tu discurso. Si puedes saltarte el carraspeo, hazlo, y simplemente mira a la audiencia durante esos tres segundos desde el escenario y venga, ya estás listo para comenzar.
Esos tres segundos permitirán que el público se centre en ti y en el mensaje, y construirán un pequeña intriga desde su apertura.
La tercera forma más importante de utilizar pausas es cada vez que hagas un punto clave. Si se trata de una cuestión esencial, quieres asegurarte de que el público lo ha escuchado. La única manera de hacerlo es dejar de hablar y mirar al público a los ojos. Observa desde tu lugar en el escenario. Una vez que veas la reacción en los ojos de la audiencia, sabrás si te han entendido. Y desde esta misma posición sabrás si te has detenido lo suficiente.
El arte de la pausa es muy importante en el desempeño de un orador. Estas son las tres formas más importantes para empezar a utilizar la pausa y mejorar tu discurso de inmediato.