Piensa en la última vez que asististe a un espectáculo de comedia realmente agradable. Probablemente estabas tan cautivado que incluso sintiendo la necesidad de ir al baño permaneciste clavado en tu asiento hasta pasado el final. ¿No sería estupendo si pudieras crear una presentación lo suficientemente graciosa que pudiera mantener la atención de los asistentes hasta el final?
Tú puedes. Las presentaciones de negocios pueden ser divertidas, incluso si versan sobre las sobre ganancias trimestrales, las nuevas ofertas de productos o los números de ventas. ¿No estás seguro de qué otra forma puedes interpelar el humor en una charla mundana? Toma nota de los siguientes consejos:
Graba lo que creas que es divertido. ¿Eres un gran fan de los juegos de palabras? ¿Humor de observación? ¿Exageración? Toma nota de las veces que te ríes a lo largo del día y anota cada circunstancia. Mira a los humoristas que más admiras y anota sus estrategias para la creación de diálogos humorísticos.
Presta atención cuando los demás se ríen de ti. Aunque no hayas tomado ninguna clase de improvisación, puedes ser más divertido de lo que piensas. Observa los momentos en que tu familia y amigos se ríen de los comentarios que haces y documenta esas situaciones.
Escribe y práctica. Escribe cada palabra de tu discurso. En el primer borrador, no te preocupes por lo divertido que es. Para el segundo borrador, echa un vistazo al primero y añade unas cuantas bromas/comentarios que puedan resultar graciosos y conseguir algunas risas. A continuación, edita tu copia de nuevo. Invita a tu familia y amigos a escuchar tu discurso antes del gran día. Escucha los comentarios que fomenten la risa o el silencio y luego pide su opinión.
Crea una atmósfera de humor. Asegúrate de que estás en un marco divertido y alegre antes de iniciar tu presentación. Sonríe a menudo, haz contacto visual y bromea a tu alrededor. Esto ayudará a aliviar cualquier tensión entre la multitud e inspirar la risa más adelante.
Abrir con un comentario local. Haz una investigación observacional específica de la ciudad en la que estás hablando e intercala tus pensamientos divertidos al comienzo de tu discurso. Considera hacer bromas sobre el clima o el equipo deportivo local.
Hazlo personal. Habla acerca de historias o anécdotas personales divertidas. El humor autocrítico también puede hacer reír a la gente y añadir las risas a sus sentimientos amistosos o de buena voluntad.
Utiliza analogías y chistes. Las analogías pueden ser hilarantes. Por ejemplo, la comparación de un problema financiero de tu estado de cuentas con un asunto mundial más grave, puede añadir perspectiva y humor a tu charla. Las bromas también son buenas maneras de conseguir risas. Para obtener ideas, echa un vistazo a estos sitios.