Viajar es una parte importante de la vida de muchos consultores, entre ellosDiane Randall, MA. con sede en Chicago. Consultora durante más de 22 años, Randall viaja en estos momentos cuatro días a la semana durante todo el año para la compañía de software SAP. Ella también hace consultoría de forma independiente en estilo de vida y temas de bienestar para grupos comunitarios, a través de todo el país.
Aquí y ahora, charlamos con Randall acerca de lo que se siente al presentar sobre la marcha, durante un viaje.
¿Cómo te preparas para una presentación mientas estás viajando?
Trato de llegar al lugar donde voy a hablar el día antes del que estoy programada para salir al escenario. Una vez allí, me aseguro de que el proyector, pantalla y audio estén funcionando. Entonces doy una vuelta para comprobar y ver que si se han impreso mis folletos
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¿Qué es lo que llevas en tu bolso en cada viaje de negocios?
Siempre tengo una memoria USB y un sistema de almacenamiento en la nube de Carbonite. También traigo un control remoto inalámbrico, un lápiz láser, un cuaderno y una grabadora. Ahh…y una botella de agua. Nunca me olvido de mi agua, es fácil deshidratarse cuando se habla.
¿Y qué pasa si la tecnología no funciona en el lugar donde tienes que hacer tu presentación?
Bueno, además de llevar mi propia unidad de disco USB, me envío una copia de la presentación a mí misma a través de correo electrónico. También distribuyo un folleto detallado, por lo que si nada funciona, aún podré tirar de las hojas impresas en papel. Aprenda a imprimir sus prezis aquí.
Que es en realidad lo que sucedió durante mi última presentación. El proyector dejó de funcionar y terminé la charla con la audiencia, viajando por la presentación a través de los folletos.
¿Qué otras molestias relacionadas con los viajes has experimentado?
La pérdida de equipaje ha sido y es una enorme molestia, de las más grandes. Recuerdo que hace muchos años cogí un vuelo a Canadá para presentar delante de un cliente y mis maletas nunca llegaron. Afortunadamente, aterricé la noche antes de que yo tuviera programado salir a escena, así que tuve la oportunidad de salir corriendo a comprar un traje nuevo. Esa experiencia me enseñó a llevar siempre al menos un vestuario de trabajo conmigo, en mi equipaje de mano o en su defecto, simplemente me pongo mi ropa de trabajo en el avión.
¿Cuáles son algunas de las principales lecciones que has aprendido en estos 22 años de hablar y presentar en el camino?
Yo descanso antes de cada presentación. Hace veinte años, llegaría mareada al escenario porque me negaría a comer antes de subir hasta allí. Hoy, descanso, entreno, me hidrato y como bien. Eso ha hecho toda la diferencia.
También tengo la costumbre de apagar mi teléfono móvil antes de entrar en el escenario. No hablo con nadie, me ayuda a tener la mentalidad y concentración adecuadas. Si tengo que coger una llamada, voy a hacerlo después de la presentación. No me gusta que mi mente se pueda nublar con cualquier cosa sino que procuro tener pensamiento positivo siempre antes de hablar.
¿Qué consejos le puedes ofrecer a otros consultores que hablan con frecuencia durante sus viajes?
En primer lugar, comenzar a preparar el discurso con al menos dos semanas de antelación. No esperar hasta la semana o la noche anterior. Practicar e insistir sobre él de cinco a diez veces antes del gran día.
En segundo lugar, hacer una copia de seguridad de los archivos en algún tipo de sistema de Internet o en una nube de almacenamiento. Hacer esto además de llevar una unidad flash. Las memorias USB son pequeñas y fáciles de perder.
En tercer lugar, cuidar de uno mismo. Muchos de nosotros no hacemos esto. Es tan importante descansar, hidratarse y comer bien como el resto.